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sábado, 16 de agosto de 2014

CAFÉ, VISCERAS Y NICOTINA.1997-1998

Café, Vísceras y Nicotina es un compendio de poesías escritas aproximadamente entre los años 1997 y 1998..El hombre que no quiso nacer ya había nacido y aunque en esos tiempos sabía que no había querido nacer, no era consciente de ello, tan solo con intensidad  vivía la vida hasta sus extremos sin importarle demasiado nada, ni siquiera haber nacido. En esa espiral de voracidad vital escribía y escribía, vivía y vivía, comiéndose esa vida que vivía con la misma crudeza con la que escribía estos poemas.


COMO UN REFLEJO DULCE,
añejo e inmortal,
pasa con tranquilidad mi existencia,
robando almas,
bebiendo instantes,
gozando del disfrute
del robo supremo del momento,
del detalle minúsculo
que llena intensos vacíos
en la laguna tiempo.

Y aquí,
perdido en el océano
del tenebroso universo
de lo inútil,
me pierdo esclavizado
en la cárcel
del tiempo justiciero.
Y me abandono
tal que barca a la deriva,
al incierto futuro
que planea tetrico
como la muerte,
sobre mi cabeza alterada
de infinita duda.



SERÁ DURO EL FINAL,
todos ellos
van cogidos de la mano
de un secreto
llamado muerte.
Será duro el final,
cuando comprendas
que el camino
es ya un precipicio.
Será duro el final,
todos ellos
van cogidos de la mano
de un secreto
llamado muerte.
Será duro el final.


CAFÉ Y CIGARRILLOS,
y fiebre,
penitencia,
claustro y huida.

Sensaciones anómalas
en un espacio vacío,
demonios burlescos,
ninfas perversas,
contraido mi rostro,
soledad infinita.



ENGULLIDO POR EL TODO,
la nada me parece
inmensa,
sublime.

La nada es un paraíso maldito
e injuriado
por el todo,
brutal bestia que consume nuestras almas.

La nada es bella,
su aire limpio y divino
te da lo que es tuyo
sin robarte el aliento.

En la nada soy un dios,
en el todo,
no soy nada.

La nada es un vacío
que lleno con mi alma,
el todo es un lleno
en el que nada me siento.

En la nada soy un dios,
en el todo,
no soy anda.


DE SUEÑOS ESCULPIDOS DE FANTASÍA
esta cincelada la inocencia de un niño,
vital esperanza pura e ingenua
que moldea los jardines con ternuras,
alegrías
y la belleza de lo vivo.

la triste,
irrevocable y necesaria metamorfosis,
limpiara lagrimas de sangre
que de sus inquietos ojos brotaran.
Fatal universo el de los hombres,
ridículo y fugaz destino,
de sueños esculpidos de fantasía
esta cincelada la inocencia de un niño.



SIN EQUILIBRIO,
como frágiles hojas
impulsadas por el viento,
la tempestad,
la calma
del rio de las emociones,
caminamos sin protección
sorprendentemente vulnerables
por el tortuoso terreno
de los indomables sentimientos.

Como peonzas
que ruedan y ruedan
sin lugares donde poder rodar,
como viejos caminos
mil veces explorados,
interminables de andar,
como frágiles hojas
impulsadas por el viento,
la tempestad,
la calma
del rio de las emociones.





DESEO SEXO
guarro, salvaje,
impuro,
y mis sentimientos alojaran
lastimados
el vacío del amor.

Nada como la soledad
para llenar ese vacío,
nada como el dolor
para comprender la soledad,
nada como el sexo
para engañar al amor.




ALCOHOL E INCESTO,
y la humanidad llorando
por su frágil debilidad.

Tiempo y sexo,
y las almas solitarias
mendigando ternura,
suplicando atención.

Amistad y desnudez,
y cuerpos vestidos
añorando comprensión.

Soledad y vacío,
libertad y paz,
nada de nada,
tiempo sin fin.


EN LA DESCARNADA OFERTA DEL AMOR
bailan inútiles,
estúpidas,
solas,
espadas clavadas sobre espaldas fracturadas.

En la descarnada oferta del amor
los corazones en mano temblorosa y confiada,
palpitan,
se retuercen,
sangran al contacto del orín del sexo.

En la descarnada oferta del amor
abundan,
sobran corazones rajados
donde extraños seres de bellas formas
y almas amargas,
defecan impúdicas y asustadas
en el nombre del amor.





INCONSTANCIA Y FANTASMAS
narcotizan mi realidad
desplazándome del centro de la tierra,
hundiéndome en ella
como una semilla muerta
condenada a no dar flor.

Inconstancia y fantasmas,
y retortijones de estómago,
incredulidad y desasosiego,
y la ternura violada
en un callejo oscuro.

Inconstancia y fantasmas,
y el mundo encerrado
en una caja de cristal
en un museo lejano.


EL ZUMBIDO DE LO COTIDIANO
mortifica mis sueños,
la estela de una jaqueca
entra a su lado
triunfante
en el reino de mis recuerdos.
Ambos pasan por mi lado
como eternos desconocidos,
dejándome en el abismo de mi conciencia,
de mi soledad universal,
en el abismo de mis sueños,
martirizados
por el zumbido de lo cotidiano.



Y A VECES ALCANZO
la lucidez del relámpago vital,
y siento que la vida
es muerte,
y que la muerte
acecha en mi mente
palpitando sofocante
en el aire inexpresivo.



INCRUSTADO EN ESTE EXTRAÑO VIAJE
de infinitas soledades
que palpitan vida
como larvas recien nacidas,
confieso desde mi turbulento
mar de sentimientos,
que me sobrecoge,
hace temblar mis neuronas,
la belleza superficial
de la mujer.

Mas temo,
como el tigre teme al cazador,
la profundidad de su alma,
con el temor
de encontrarme en ese fondo
tan solo
con el reflejo de mi alma,
y con ello,
con mi propia soledad.



CORAZAS BAJO LOS CUERPOS
desnudos ante la imagen,
la imagen lanza
clavada en las cadenas
de una soledad universal.
La imagen
que se desmorona
como una frágil torre de naipes,
bajo los inútiles laberintos de la mente.

Sencillos laberintos
donde reluce un suspiro,
un aliento insignificante
cuyo valor se mide
por placer de paz interior,
por sensación de evasión
de la cárcel tiempo.
Donde las corazas,
tal que en una danza de locos amaestrados,
dan vueltas alrededor de sus sexos,
cuyo olor les embarga,
los hipnotiza
en una cegadora posición conservadora
de picor,
y guarrería existencial.

Y las corazas se emborrachan de imágenes,
imágenes llenas del silencio de la mente,
imágenes que explotan
en un llanto de calladas palabras
solitarias e indefensas,
vacías por completo
de la humanidad misma,
ancladas en un egoísmo de libertad
que encuentran
en la vampirica esclavitud
de sus propias soledades.



LA MULTITUD,
lejana en mi torreón perdido,
es como un silencio impermeable
que adosado a mí,
me apadrina en su esplendor,
y así,
complacido en su seno,
aislado e incrustado
en su cuerpo,
surge mi libertad
sin temer al respeto ajeno.

LAS COSAS,
los vasos,
las sillas,
los arboles,
me parecen irreales,
como un relleno inanimado
de un cuadro basto
y sin originalidad.

Colillas en el cenicero
parecen acurrucarse
para un largo descanso,
un letargo infinito
que doy vida con mis ojos,
Inmóviles descansan
sobre un manto de ceniza.
El cantar de los pajarillos
son voces ajenas
de un mundo desconocido,
el viento manchado
pierde su vocabulario
entre estruendos mecanicos.

Las cosas,
los ventanales,
plantas,
paredes,
me parecen irreales,
como un cuadro acabado
en el que yo
soy el relleno.


BESSIE SMITH,
Bessie Smith y yo,
su voz suena
en la trastienda de la noche.
Bessie Smith,
Bessie Smith y yo,
nada más hay entre los dos,
tan solo
aire y oscuridad,
soñolencia bajo mi almohada,
y su voz sonando
en la trastienda de la noche.

Bessie Smith y yo,
solos los dos,
ella canta
y yo solo escucho,
escucho a través de mi mente,
parece una galaxia interminable,
un pozo sin fondo
donde tiene cabida
toda la angustia del mundo.
Bessie Smith y yo,
necesito amar algo,
a alguien,
mientras Bessie Smith suena
en la trastienda de la noche.
Bessie Smith y yo,
y el silencio,
y mi corazón encogido
en la trastienda de la noche.


COMO UN BASTO
recuerdo lejano e insondable,
su rostro aparece ante mí
marchito y triste como siempre lo fue.
Tal que lagrima alegre
que solloza en el abrupto matorral de la existencia,
danza con sus plumajes verde turquesa
en un entreacto de mascaras y envidias.
Rebelde solitaria de senos hirientes,
de deseos voraces,
de irrealidad caníbal.

La adore como musa diabólica
de los fantasmas de la carne,
con valor guerrero
ataque sus inalcanzables murallas de lujuria
y sucumbí
cual bufón,
en el engaño de su mirada picara,
divina,
en su ingenua genuina maldad.
Que el diablo bendiga su sexo puro
de virgen fornicadora.



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